LOS KAIBILES

Textos míos, de otros colegas u ong´s sobre este tema polémico como lo son: las "Maquinas de Matar" Su lema: "Si avanzo sígueme, si caigo ayúdame, si retrocedo mátame".

octubre 16, 2006

Cárteles de la droga, a la caza de ex kaibiles

Fredy Martín Pérez
El Universal
OCTUBRE DEL 2006

Se prepararon para la guerra. Comen pollos crudos. Pueden enfrentarse hasta con 50 "enemigos". Libran emboscadas con astucia. Son los kaibiles, los soldados más sanguinarios de América Latina, que desmovilizados por los acuerdos de paz de 1996, hoy sirven a los barones de la droga Joaquín Guzmán Loera (a) El Chapo y Otto Herrera.
Para las autoridades castrenses de este país, "son pocos" los soldados que trabajan con el cártel de Sinaloa. A lo mucho, "cuatro" desertores fueron cooptados por la organización que anualmente mueve hasta 20 mil kilogramos de cocaína de Guatemala a México.
La Subprocuraduría de Investigación Especializada en Delincuencia Organizada (siedo) sostiene que "son muchísimos" los kaibiles al servicio de El Chapo y del guatemalteco Otto Herrera -fugado del Reclusorio Sur de la ciudad de México el 13 de mayo de 2005.
Una investigación de la Procuraduría General de la República puso en aprietos al gobierno de este país, al pedir se indague al jefe kaibil Carlos Martínez Méndez, integrante del primer grupo de la misión de paz de la onu en El Congo.
Todo empezó en 2005 con el decomiso de un alijo de cocaína en una avioneta Cessna en territorio mexicano, donde se hallaron documentos que vinculan a Martínez Méndez con El Chapo, reconoce la siedo.
Este oficial está dado de alta en el Ejército guatemalteco con el cargo de jefe de la tercera sección de la primera compañía del batallón de Fuerzas Especiales de Poptún, Petén, según un documento de la Fiscalía contra la narcoactividad consultado por este diario.
Él es un enfermero militar, de 31 años y soltero, quien en 1992 tomó el curso kaibil. Se le conoce también como Édgar Geovani Reyes López o José María Calderón García, (a) Panudo, y fue miembro del primer contingente de la misión de paz de la onu en la República del Congo, en 2005.
En el expediente 7359-06, consultado por El Universal, la pgr pide a la Fiscalía de Justicia de la Nación indague a Martínez Méndez, implicado como presunto colaborador de El Chapo.
Golpe de suerte
Desde principios de 1995, la dea reveló la conformación de una inusual fuerza de sicarios al servicio del narcotráfico. Se trataba de los kaibiles.
Pero fue el 27 de septiembre de 2005, que tropas del 91 batallón de infantería de la séptima región militar, en un golpe de suerte, capturaron a siete guatemaltecos a bordo de un vehículo, donde transportaban armas de alto poder y un millón de pesos.
El arresto se realizó después de una persecución por la comunidad El Sabinalito, en el municipio de Frontera Comalapa, a unos 60 kilómetros al sur de Comitán, Chiapas. Uno de los detenidos declaró que les pagaban por "cuidar a un señor", a quien presuntamente esperaban en la frontera México-Guatemala.
Cuatro de los guatemaltecos detenidos que resultaron ser miembros de la fuerza de elite kaibil, estuvieron encarcelados en el penal de mediana seguridad El Amate, en Cintalapa, Chiapas, y después los trasladaron a Puente Grande, Jalisco.
Estos kaibiles ingresaron a territorio mexicano con 17 armas de fuego, entre fusiles y pistolas, 761 cartuchos, 29 cargadores y teléfonos celulares de México y Guatemala.
Esta acción confirmó lo dicho por el gobierno de Estados Unidos y reveló además el poderío del cártel de Sinaloa, en pugna con otras organizaciones de narcos.
En El Infierno
El grupo de sicarios al servicio de El Chapo es el de mayor preparación en América Latina. Su capacidad se centra en labores de contrainsurgencia. Estos militares se preparan en El Infierno, como llaman a su centro de adiestramiento en la selva de El Petén.
El temple de estos militares se mide en su lema: "¡Si avanzo sígueme, si retrocedo aprémiame, si me detengo mátame!".
Y kaibil significa: "hombre estratega, el que tiene la fuerza y la astucia de dos tigres". Se dice que son capaces de comerse un pollo crudo, tras días de ejercicios en la zona tropical.
En la selva pueden moverse por varios días sólo con mapas y brújulas. Aun sin comer y con clima adverso, realizan extenuantes jornadas de ejercicios. El soldado que se duerme, fuma, miente, roba, finge estar enfermo o se insubordina, no es un kaibil.
La escuela kaibil en El Petén surgió porque las fuerzas armadas de este país se quedaron sin presupuesto entre los años 70 y 80, recuerda el vocero del Ejército, el coronel Jorge Ortega, y entonces idearon un manual para enfrentar al "enemigo" que era apoyado por países socialistas.
Así, sin recursos económicos, la institución armada ideó un curso para enfrentar a los guerrilleros que recibían entrenamiento en China, Cuba, Vietnam o Checoslovaquia. El cuchillo o daga tipo Rambo, es el símbolo de estos soldados, en su mayoría de origen indígena y campesino.
Al término del curso, los kaibiles pueden enfrentarse hasta con 50 "enemigos".
Tienen capacidad de luchar cuerpo a cuerpo con su daga. De ahí que se les atribuya la autoría de las decapitaciones en Michoacán y Guerrero.
El 23 de enero de 2006, los kaibiles demostraron su capacidad de fuego cuando se enfrentaron con 500 guerrilleros del Ejército de Resistencia del Señor de El Congo.
A las 06:00 de la mañana de ese día, 127 kaibiles, al caer en una emboscada, combatieron por varias horas en el Parque Nacional Garamba. La batalla arrojó 200 rebeldes muertos. Del lado guatemalteco, hubo ocho bajas y cinco heridos.
Durante el conflicto armado de este país, organismos de derechos humanos responsabilizaron a los kaibiles de aplicar la estrategia de "tierra arrasada", con la que se minó la base social de la guerrilla. Aún más, les achacan haber planificado entre 400 y 600 masacres, donde perdieron la vida más de 250,000 indígenas.
La matanza de 200 indígenas de la aldea Dos Erres, en 1982, se les imputa a estos soldados de élite asentados en Poptún, Petén, en la selva de este país, explica Nery Rodena, director de la odahg.
En poder de los activistas, hay múltiples testimonios de indígenas que vieron cómo estos soldados dirigían los agrupamientos castrenses en las comunidades donde asesinaban sin piedad a hombres, mujeres y niños. Su excelente preparación militar los ha cotizado en el creciente mercado de la seguridad privada.
La seguridad privada es una salvación para los militares con un salario de 220 dólares mensuales. Y como guardaespaldas o sicarios de capos del narcotráfico llegan a percibir hasta 10,000 dólares como declararon los primeros soldados detenidos en México hace un año.
Curso difícil
"El curso de entrenamiento es bien yuca (difícil)", resume un periodista que ha visto el poderío de los kaibiles. Sin dormir ni probar alimento durante varios días, con un solo machete construyen un helipuerto en plena selva, en pocas horas.

"Son paracaidistas y excelentes francotiradores", por eso ahora son "tan cotizados por el crimen organizado", explica el periodista que pide el anonimato.
Así, la nueva fuerza de sicarios conformada por estos militares les brinda tranquilidad a los jefes de los cárteles, porque éstos pueden tener la confianza de que el alijo estará seguro. "Pueden estar tres o cuatro días con un cargamento de cocaína en la selva y los capos saben que va estar muy bien resguardada", dice el reportero.