Kaibil, fuerza élite reconocida en el mundo
PRENSA LIBRE
Guatemala, domingo 04 de diciembre de 2005
Las fuerzas especiales Kaibil son consideradas como de las mejores en el mundo. El trabajo que efectúan en el Congo, África y Haití ha sido elogiado por las Naciones Unidas
Por: Francisco González Arrecis, Carlos Menocal
Luego del curso Kaibil, los oficiales y tropa pueden optar a otros cursos especiales, como francotirador y entrenarse en la unidad antiterrorista.
Foto Prensa Libre: Adolfo Mejía.
El subteniente salvadoreño Moisés Rivas respira sereno mientras corta con su machete la maleza en una zona de Poptún, Petén, lugar donde se encuentra el monasterio Kaibil y la brigada de Fuerzas Especiales de Guatemala. Su misión, junto a otros 15 alumnos y aspirantes a graduarse de kaibil, es construir un área, de unos 30 metros de diámetro, para ser rescatados vía aérea la mañana siguiente.
Trabajan toda la noche sin descanso, a pesar de la lluvia. Rivas se ve exhausto, pero sigue golpeando con su machete la estepa verde.
“Vine aquí (Guatemala) porque la escuela Kaibil tiene renombre internacional y mucho prestigio entre las fuerzas élite. Los oficiales de mi país que se han graduado en este curso ocupan puestos clave en el Ejército”, dice.
A él le acompaña otro oficial salvadoreño. Si se gradúan, esta promoción tendrá en sus filas a cinco extranjeros: un hondureño, un nicaragüense, dos salvadoreños y un beliceño. El resto, 11 oficiales, son guatemaltecos.
Rogelio Ramírez, militar beliceño, confiesa que su país lo mandó al curso porque quiere formar una fuerza élite. “Mandaron otros soldados a Inglaterra, Colombia y Estados Unidos”, explica.
Elogios internacionales
Fuera del continente americano, en África, el militar holandés Patrick Cammert, jefe de la Misión Sur de la Misión de Naciones Unidas para la República Democrática del Congo (Monuc), elogia el trabajo de los kaibiles que fueron asignados a esa estructura. Su misión en el Congo es la imposición de la paz en un país convulso por las milicias y los grupos armados al margen de la ley.
“Se ha aprovechado la capacidad de los kaibiles para la pacificación de algunas regiones controladas por rebeldes y a donde no se había podido llegar con unidades regulares de los ejércitos participantes.
Su presencia ha evitado que en la mayoría de casos no se use la fuerza y no se activen las armas”, explica Cammert, en una ceremonia de cambio de unidades guatemaltecas.
En la actualidad, las Naciones Unidas emplean a sólo dos fuerzas especiales en sus despliegues por el mundo: Los Kaibiles (única en el Congo) y los soldados élite de Inglaterra, asignados a otras tareas en otras naciones.
Francisco Beltranena, especialista en temas militares, dice que un Estado, como el guatemalteco, que tiene ejército, debe tener fuerzas especiales.
“Estas unidades son capaces de cumplir tareas y misiones no comunes a las fuerzas regulares.
Los kaibiles se convirtieron actualmente en un modelo. Ahora no son formados con el mismo concepto que fue usado durante el conflicto armado interno, con objetivos contrainsurgentes”, explica.
De hecho, Cammert lo confirma al explicar que gracias a la fuerza élite de Guatemala se logró la liberación de secuestrados y comunidades retenidas por los rebeldes en Kivu. “Los kaibiles han ayudado a negociar con grupos rebeldes radicales como los del FRL o los Kutis, en la frontera con Ruanda. La fuerza kaibil, además ayudó a disuadir a la milicia en el sur de Kivu”, sostiene Cammert.
Poco recurso
Hoy por hoy, dice Beltranena, los kaibiles son considerados una de las mejores fuerzas especiales en el mundo.
Pero también han estado en la mira, especialmente porque las autoridades mexicanas han denunciado que kaibiles desertores habrían colaborado con el narcotráfico y crimen organizado en el vecino país.
Jorge Antonio Ortega Gaytán, vocero militar y kaibil, dice que los soldados capturados en México eran desertores. “Hasta el momento, las autoridades mexicanas no nos han dado información certera sobre cuál es la situación de estas personas. Por este incidente no se puede generalizar y destruir la imagen de las fuerzas especiales de Guatemala”, sostiene.
El capitán Pavel Estuardo Godínez, jefe instructor del curso kaibil, dice que la formación de estos soldados no permite que se alejen de la perspectiva de la paz.
“Los especialistas detenidos en México son desertores. Ese es un caso aislado. Nuestros alumnos aprenden a dominar sus tentaciones”, sostiene Godinez.
Pocos recursos
A pesar de los elogios internacionales, en la escuela de formación de estos soldados, en el escuadrón antiterrorista y de francotiradores (estructuras que pertenecen a la brigada de fuerzas especiales), los recursos no son bonanza.
En un recorrido de este diario por ese lugar se logró establecer que allí aún se usan los fusiles Galil y M-16, y no todos los aparatos de equipo nocturno funcionan. Algo similar ocurre con los acuáticos, útiles para las prácticas de evacuación e incursión.
Miguel Ángel Escribá Pimental, comandante de la brigada de fuerzas especiales, reconoce: “No tenemos ni el armamento ni el equipo adecuado. Todo es antiguo y obsoleto. Aun así, hemos entrado en la fase de remozarlo y lo tenemos en perfectas condiciones. El kaibil está acostumbrado a trabajar con lo que tenga al alcance de su mano”, añade.
Ortega Gaytán dice que esta unidad siempre ha tenido un tratamiento especial. “En este momento nuestro equipo de última generación se emplea en el la República Democrática del Congo, el resto es para entrenamiento”, indica. “Ahora que finalice el curso (5 de diciembre) vamos a iniciar la fase de mantenimiento y reparación de equipo", explica el vocero militar.
Conflicto en el Congo
El Congo es un país rico en recursos naturales -minerales raros, petróleo, diamantes, oro y madera-.
En la actualidad, el país está dividido en dos partes, dominadas por alianzas entre diferentes países limítrofes que mantienen encendido un conflicto de origen étnico y político alimentado, sin duda, por la lucha por el control de los recursos.
Es en ese lugar donde las Naciones Unidas han impuesto la paz. Para ello cuentan con alianzas y la unidad especial de los kaibiles.
Interioridades
Se completa en ocho semanas. El alumno aprende a vencer el cansancio y a explotar su capacidad intelectual.
RUTINA: Antes de cada comida
Aquí no hay almuerzo gratis. Los kaibiles deben efectuar una serie de ejercicios físicos antes de ingerir cada alimento. Corren hasta cuatro kilómetros, suben y bajan de lazos, ejecutan despechadas. Todo se hace contra el reloj.
NOCHE: Trabajan sin dormir
En ocasiones, las tareas son encomendadas de noche. Los jefes dijeron al grupo que debían despejar el área porque a la mañana siguiente un helicóptero los iba a rescatar de esa área.
INCURSIÓN: Ejercicios aéreos
Una de las rutinas más riesgosas es el descenso en helicóptero. Luego de aprender a sujetarse en el helicóptero y a hacer nudos, empieza la práctica. Todos los alumnos deben pasar por estas pruebas difíciles.
AÉREO: Apoyo para el combate
Los kaibiles aprenden a guiar apoyo aéreo. La lectura de mapas y las posiciones estratégicas ayudan a los pilotos a efectuar ataques que son guiados por las fuerzas especiales que se encuentran en tierra a la espera de la ayuda.
ACUÁTICO: Incursiones rápidas
El capitán Carlos Polanco muestra cómo los kaibiles incursionan desde el agua y ejecutan acciones rápidas de ataque. “Con estos actos podemos destruir campamentos enemigos, sin que se percanten”, dice.
DESAFÍO: A 40 km por hora
Las técnicas de desembarque de vehículos requieren concentración máxima, pues se hacen desde cinco kilómetros hasta 40 kilómetros por hora. En este ejercicio ocurren fracturas y los alumnos se lesionan con facilidad.
http://www.prensalibre.com/pl/2005/diciembre/04/129336.html
Guatemala, domingo 04 de diciembre de 2005
Las fuerzas especiales Kaibil son consideradas como de las mejores en el mundo. El trabajo que efectúan en el Congo, África y Haití ha sido elogiado por las Naciones Unidas
Por: Francisco González Arrecis, Carlos Menocal
Luego del curso Kaibil, los oficiales y tropa pueden optar a otros cursos especiales, como francotirador y entrenarse en la unidad antiterrorista.
Foto Prensa Libre: Adolfo Mejía.
El subteniente salvadoreño Moisés Rivas respira sereno mientras corta con su machete la maleza en una zona de Poptún, Petén, lugar donde se encuentra el monasterio Kaibil y la brigada de Fuerzas Especiales de Guatemala. Su misión, junto a otros 15 alumnos y aspirantes a graduarse de kaibil, es construir un área, de unos 30 metros de diámetro, para ser rescatados vía aérea la mañana siguiente.
Trabajan toda la noche sin descanso, a pesar de la lluvia. Rivas se ve exhausto, pero sigue golpeando con su machete la estepa verde.
“Vine aquí (Guatemala) porque la escuela Kaibil tiene renombre internacional y mucho prestigio entre las fuerzas élite. Los oficiales de mi país que se han graduado en este curso ocupan puestos clave en el Ejército”, dice.
A él le acompaña otro oficial salvadoreño. Si se gradúan, esta promoción tendrá en sus filas a cinco extranjeros: un hondureño, un nicaragüense, dos salvadoreños y un beliceño. El resto, 11 oficiales, son guatemaltecos.
Rogelio Ramírez, militar beliceño, confiesa que su país lo mandó al curso porque quiere formar una fuerza élite. “Mandaron otros soldados a Inglaterra, Colombia y Estados Unidos”, explica.
Elogios internacionales
Fuera del continente americano, en África, el militar holandés Patrick Cammert, jefe de la Misión Sur de la Misión de Naciones Unidas para la República Democrática del Congo (Monuc), elogia el trabajo de los kaibiles que fueron asignados a esa estructura. Su misión en el Congo es la imposición de la paz en un país convulso por las milicias y los grupos armados al margen de la ley.
“Se ha aprovechado la capacidad de los kaibiles para la pacificación de algunas regiones controladas por rebeldes y a donde no se había podido llegar con unidades regulares de los ejércitos participantes.
Su presencia ha evitado que en la mayoría de casos no se use la fuerza y no se activen las armas”, explica Cammert, en una ceremonia de cambio de unidades guatemaltecas.
En la actualidad, las Naciones Unidas emplean a sólo dos fuerzas especiales en sus despliegues por el mundo: Los Kaibiles (única en el Congo) y los soldados élite de Inglaterra, asignados a otras tareas en otras naciones.
Francisco Beltranena, especialista en temas militares, dice que un Estado, como el guatemalteco, que tiene ejército, debe tener fuerzas especiales.
“Estas unidades son capaces de cumplir tareas y misiones no comunes a las fuerzas regulares.
Los kaibiles se convirtieron actualmente en un modelo. Ahora no son formados con el mismo concepto que fue usado durante el conflicto armado interno, con objetivos contrainsurgentes”, explica.
De hecho, Cammert lo confirma al explicar que gracias a la fuerza élite de Guatemala se logró la liberación de secuestrados y comunidades retenidas por los rebeldes en Kivu. “Los kaibiles han ayudado a negociar con grupos rebeldes radicales como los del FRL o los Kutis, en la frontera con Ruanda. La fuerza kaibil, además ayudó a disuadir a la milicia en el sur de Kivu”, sostiene Cammert.
Poco recurso
Hoy por hoy, dice Beltranena, los kaibiles son considerados una de las mejores fuerzas especiales en el mundo.
Pero también han estado en la mira, especialmente porque las autoridades mexicanas han denunciado que kaibiles desertores habrían colaborado con el narcotráfico y crimen organizado en el vecino país.
Jorge Antonio Ortega Gaytán, vocero militar y kaibil, dice que los soldados capturados en México eran desertores. “Hasta el momento, las autoridades mexicanas no nos han dado información certera sobre cuál es la situación de estas personas. Por este incidente no se puede generalizar y destruir la imagen de las fuerzas especiales de Guatemala”, sostiene.
El capitán Pavel Estuardo Godínez, jefe instructor del curso kaibil, dice que la formación de estos soldados no permite que se alejen de la perspectiva de la paz.
“Los especialistas detenidos en México son desertores. Ese es un caso aislado. Nuestros alumnos aprenden a dominar sus tentaciones”, sostiene Godinez.
Pocos recursos
A pesar de los elogios internacionales, en la escuela de formación de estos soldados, en el escuadrón antiterrorista y de francotiradores (estructuras que pertenecen a la brigada de fuerzas especiales), los recursos no son bonanza.
En un recorrido de este diario por ese lugar se logró establecer que allí aún se usan los fusiles Galil y M-16, y no todos los aparatos de equipo nocturno funcionan. Algo similar ocurre con los acuáticos, útiles para las prácticas de evacuación e incursión.
Miguel Ángel Escribá Pimental, comandante de la brigada de fuerzas especiales, reconoce: “No tenemos ni el armamento ni el equipo adecuado. Todo es antiguo y obsoleto. Aun así, hemos entrado en la fase de remozarlo y lo tenemos en perfectas condiciones. El kaibil está acostumbrado a trabajar con lo que tenga al alcance de su mano”, añade.
Ortega Gaytán dice que esta unidad siempre ha tenido un tratamiento especial. “En este momento nuestro equipo de última generación se emplea en el la República Democrática del Congo, el resto es para entrenamiento”, indica. “Ahora que finalice el curso (5 de diciembre) vamos a iniciar la fase de mantenimiento y reparación de equipo", explica el vocero militar.
Conflicto en el Congo
El Congo es un país rico en recursos naturales -minerales raros, petróleo, diamantes, oro y madera-.
En la actualidad, el país está dividido en dos partes, dominadas por alianzas entre diferentes países limítrofes que mantienen encendido un conflicto de origen étnico y político alimentado, sin duda, por la lucha por el control de los recursos.
Es en ese lugar donde las Naciones Unidas han impuesto la paz. Para ello cuentan con alianzas y la unidad especial de los kaibiles.
Interioridades
Se completa en ocho semanas. El alumno aprende a vencer el cansancio y a explotar su capacidad intelectual.
RUTINA: Antes de cada comida
Aquí no hay almuerzo gratis. Los kaibiles deben efectuar una serie de ejercicios físicos antes de ingerir cada alimento. Corren hasta cuatro kilómetros, suben y bajan de lazos, ejecutan despechadas. Todo se hace contra el reloj.
NOCHE: Trabajan sin dormir
En ocasiones, las tareas son encomendadas de noche. Los jefes dijeron al grupo que debían despejar el área porque a la mañana siguiente un helicóptero los iba a rescatar de esa área.
INCURSIÓN: Ejercicios aéreos
Una de las rutinas más riesgosas es el descenso en helicóptero. Luego de aprender a sujetarse en el helicóptero y a hacer nudos, empieza la práctica. Todos los alumnos deben pasar por estas pruebas difíciles.
AÉREO: Apoyo para el combate
Los kaibiles aprenden a guiar apoyo aéreo. La lectura de mapas y las posiciones estratégicas ayudan a los pilotos a efectuar ataques que son guiados por las fuerzas especiales que se encuentran en tierra a la espera de la ayuda.
ACUÁTICO: Incursiones rápidas
El capitán Carlos Polanco muestra cómo los kaibiles incursionan desde el agua y ejecutan acciones rápidas de ataque. “Con estos actos podemos destruir campamentos enemigos, sin que se percanten”, dice.
DESAFÍO: A 40 km por hora
Las técnicas de desembarque de vehículos requieren concentración máxima, pues se hacen desde cinco kilómetros hasta 40 kilómetros por hora. En este ejercicio ocurren fracturas y los alumnos se lesionan con facilidad.
http://www.prensalibre.com/pl/2005/diciembre/04/129336.html
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